domingo, 9 de septiembre de 2007

El escenario al que nos hemos visto enfrentados contemporáneamente con el solo hecho de nacer, mirándolo reflexivamente, no es de lo más agradable, no encontramos sumergidos en la época de la instrumentalidad estética. La estética se nos ha fundido en la vida cotidiana y de esta no queda nada visible, o quizás lo mas acertado seria decir que es tan visible que no nos percatamos que está presente frente a nuestras narices (este mismo teclado con el computador desenchufado no sería el mismo, de hecho “sería”), los síntomas y padecimientos de este fenómeno son variados, para enunciar tan solo algunos podríamos referirnos a una cotidianeidad manipulada como bio-politica, toda nuestra existencia es previamente mentada y manejada a antojo, la perdida de la pura experiencia humana ya que la representación ha sido instalada en nuestra vida como una barrera a superar antes de relacionarnos con otros, este ejemplo va directamente dirigido a la esfera de las tribus urbanas, el reinado de la apariencia ( del aparentar), también dentro del ámbito de la representación, somos guiados a vender nuestra imagen como mero ente representacional, esto es visible en el protocolo diario de televisión, el lector de noticias se muestra sonriente auque se halla muerto su mamá, de la misma forma que el joven cajero del mcdonals, esto se puede vislumbrar mirando la relación entre “entes pensantes”, por otro lado tenemos la perdida del asombro reposando sobre la técnica, todo esta dominado, no hay nada sin solución, no existe el misterio, el S.I.D.A no es de mayor importancia porque tarde o temprano se descubrirá la cura, no hay nada lo suficientemente relevante para sacarnos de la instrumentalidad productiva, de nuestra vida cotidiana.
Sustentados en este piso podemos desarrollar y dar sentido al problema que diagnostica Heiddegger, la técnica moderna se ha instaurado en nuestra vida cotidiana como “lo real”, por lo tanto la concepción de libertad como esencia de verdad queda clausurada a nuestras espaldas, no notamos que nuestras vidas están totalmente mentadas, ya que están todos los esfuerzos puestos en tenernos “felices”. Bajo este supuesto es pertinente afirmar que el destino de lo humano se encuentra en el máximo peligro. La técnica se arriesga a perder la total comprensión del ente, ya que la inmediata intrumentalización de este lo deshistoriza, siendo que la verdadera comprensión del ente (hermenéutica), es histórica finita.
“como la esencia de la técnica no es nada técnico, la meditación esencial sobre la técnica y la confrontación decisiva con ella tiene que acontecer en una región que, por una parte, este emparentada con la esencia de la técnica y, por otra, no obstante, sea fundamentalmente distinta de ella.Esta región es el arte”.
Si bien, el objetivo fundamental de este ensayo es; en torno a esta cita exponer las condiciones y posibles consecuencias de lo que es susceptible extraer de esta, es pertinente desarrollar como se llega a elaborar. Por lo tanto, no estará de más, exponer, para luego ser analógadas, por una parte, una breve “historia del arte”, y por la otra una de la técnica. Establecer el vínculo que toman en la era moderna, delineando, en un polo, el concepto de muerte del arte enunciado por Hegel y el nuevo aire que arrastra en el proyecto de vanguardia con el surgimiento de la estética de la emancipación, y en el otro, el cambio en la visión técnica.
Para comenzar la reseña de la historia del arte, cabe destacar que será tratada desde la visión Hegeliana, para poder encaminarla a su muerte enunciada por este mismo, por lo tanto nos referimos a lo que hoy es llamado arte desde el romanticismo hacia atrás.
El arte instalada en la historia nos ilustra el intento de una época por poner en forma lo absoluto (relación idea/forma), por lo tanto el dialogo con el arte en tanto bello, es el dialogo con la verdad. En este intento paulatinamente el arte predominante en cada época se ha ido cada vez alejando más de la materia en su intento de representar el absoluto. Existen fundamentalmente 3 momentos notoriamente demarcados en el que se intenta hacer manifestarse al absoluto en el arte, el primer momento es denominado simbólico, que puede ser atribuido al “arte prehistórico” (la edad de bronce), a la cultura fálica, tómese como referente los stonehange en gran bretaña, aquí se vislumbra como la forma es insuficiente para nombrar a lo absoluto, por ende se queda en mero símbolo, como transito entre el hombre y la idea. Luego se hace la transición a lo clásico, aquí la idea encuentra la forma más alta de manifestarse sensiblemente, se puede hablar de una complementación absoluta entre la idea y la materialidad, frente a ellos no estaba un trozo de piedra tallada sino más bien el dios mismo. El último escalafón de lo que se puede llamar arte según Hegel es la romántica, donde ya no existe materialidad capaz de representar lo absoluto, esto es fácilmente visible en la poesía, donde constantemente se muestra la melancolía por la imposibilidad de verbalizar la idea.Dados estos indicios, nos encontramos aptos para definir la muerte del arte. arquitectura como arte predominante en lo simbólico, escultura en lo clásico y poesía en lo romántico, nos entregan las herramientas para poder dar fe que a medida que pasa la historia el espíritu absoluto cada vez se ha alejado mas de la representación sensible, por lo tanto el diagnostico Hegeliano predica, que en tanto esto ocurre el absoluto ya no es preocupación del arte, sino mas bien de la filosofía, por lo tanto el arte como tal queda relegado a la mera entretención, el mero goce estético, en síntesis “el arte ha muerto”.
Por otra parte la técnica sufre un cambio radical en su concepción, si bien hay 2 puntos destacables, ninguno más importante que el otro, nosotros nos centraremos principalmente en uno. La técnica desde sus orígenes fue mero método de producir en torno a las necesidades que aquejaban a los individuos y puntualmente esto, sin embargo la modernidad introdujo un factor radical, no tan solo produce, sino que también acumula, el hombre se siente en completo dominio de la técnica, adelantándonos un poco y en términos Heideggerianos, “ la técnica antigua hace aparecer de lo oculto, mientras que la moderna además de hacer aparecer de lo oculto almacena”, por lo tanto en lo moderno al no tenerse una relación libre con la técnica, impide la manifestación del ser. la técnica moderna es una técnica que provoca a la naturaleza (gestell).
Dentro del mismo contexto cabe hacer alusión a la relación pre-moderna de técnica y arte, pero como solo un concepto, la tekné griega. Aquí la técnica es el medio para desarrollar lo que actualmente llamamos arte, pero reitero, arte y técnica son lo mismo, puede quedar mas claro de la siguiente forma.
- el arte no proviene de lo artístico (esencia), es un artesano que produce respecto a sus necesidades.- el arte no es disfrutado estéticamente ( experiencia), si bien hoy en día se puede apreciar una estatua clásica desde el punto de vista de la contemplación , para ellos estaba dentro de un contexto tradicional situada como objeto de veneración, el griego vivía dentro de un desocultar poético.- El arte no era un sector de la creación cultural (producir).
Cabe recalcar que el término “arte” solo se empezó a usar tardíamente, netamente por la inmanente emergencia por la subjetividad. En el siglo V las “ars” se dividen en liberales y serviles, esto tendrá que ver con el uso intelectual o físico que requiera su ejecución. Hasta el siglo XV la escultura, la pintura y la arquitectura eran remitidas a ser parte de las artes serviles, o sea un artesano y un pintor, arquitecto o escultor no tenían ninguna diferencia, en este mismo siglo las 3 ramas anteriormente nombradas escapan de las artes serviles para instalarse en las liberales, es aquí cuando nacen las bellas artes, el producir intercedido por lo bello. Luego en el siglo XIX se le quita el apelativo de bello.
Revisado todos los puntos anteriores, ya sea muerte del arte, el destino de la técnica moderna o la tekné griega. Se convierte en objeto totalmente pertinente de revisar brevemente, la separación en la modernidad del concepto de belleza y de verdad, el nacimiento de la estética y su ingreso en la vida a través del proyecto de la vanguardia artística.
Alexander Baumgarten fue el primero en usar el término de estético (AISTHETICA), ciencia de lo bello. Para este lo bello es un problema del conocimiento, como el grado mas perfecto de conocimiento sensible, la absoluta claridad de la forma sensible, esto para Baumgarten es una condición del sujeto, desde aquí se da el salto de lo bello desde lo objetual a lo subjetual.
Luego Kant va a sacar la estética del conocimiento y la va a situar como puente entre lo teórico y lo práctico, es en este punto donde lo bello es separado de lo verdadero. También se vuelve imprescindible destacar en Kant los 2 polos que determina para juzgar las cosas que se presentan, imprescindibles por la similitud que tendrán con los conceptos Heideggerianos de serenidad y apertura al misterio , nos referimos a lo bello como asociado a la forma (limite), en tanto se define como armonía entre imaginación y entendimiento ( relación tranquila y apacible), y sublime, relacionado con lo ilimitado, la frustración de la imaginación frente a lo irrepresentable (relación placer/displacer). Concluye colocando a lo bello del lado de la naturaleza y lo sublime del de la libertad.
Para terminar con Schiller que en resumidas cuentas, ve en la estética la posibilidad de establecer la libertad (visto como autonomía), en la naturaleza.
Ya pavimentado el camino de los contextos modernos tanto de la técnica, como del paso del arte a la estética podemos tratar su posterior desarrollo.
Por parte de la técnica, comienza a mentar la totalidad del ente en su uso instrumental, la producción industrial lleva al hombre a desarrollar la vida cotidiana, un constante y repetido ir y venir, y por otra parte, está el arte de vanguardia, que basándose en los postulados de Schiller intenta llevar a cabo el proyecto de ingreso del arte en la vida en miras a la emancipación.
Es en este escenario donde se instala Heiddegger, y donde será necesario retomar nuestra cita:
“como la esencia de la técnica no es nada técnico, la meditación esencial sobre la técnica y la confrontación decisiva con ella tiene que acontecer en una región que, por una parte, este emparentada con la esencia de la técnica y, por otra, no obstante, sea fundamentalmente distinta de ella.Esta región es el arte”.
¿Qué es la esencia de la técnica? ¿A que se refiere con que la esencia de la técnica no es nada técnico?
Heiddegger desarrolla el problema de la siguiente manera, este parte del supuesto de la definición griega de esencia, “la esencia es lo que algo es”, por lo tanto para poder referirnos a esta esencia, primero que nada debemos tener la facultad de poder definir la técnica, para esto Heiddegger recurre a las 2 definiciones histórica que se han dado de esta: por una parte “la técnica es un medio para un fin”, por otra, “la técnica es un hacer del hombre”. Estas definiciones son correctas, en tanto adecuación, pero para que algo sea correcto no es necesario en su esencia develar lo que esta delante, por lo tanto lo correcto no es lo verdadero, desde aquí se puede extraer, que mientras el pensamiento técnico es el sentido común, las respuestas que se le den a su definición serán obviamente técnicas. La verdad sigue estando oculta, por lo tanto la esencia difiere de la técnica.¿Cómo llegar del concepto correcto al verdadero?Primero hay que percatarse de la imposibilidad de salirse del sentido común y que el deseo mismo de estar fuera de la técnica significa esta en su máxima expresión. Por esto para encontrar la esencia de la técnica no sirve buscar lo verdadero, sino que persistir en lo correcto y de esta manera llevarla al límite para que en su máximo despliegue se revele.Aquí sigue estando oculta la esencia a pesar de su definición instrumental, por lo tanto no queda más que preguntar por lo instrumental mismo. El develar de la esencia a través del concepto instrumental que forja el sentido común, tiene como elemento principal a la pregunta misma, pues, cuando ella se hace, convierte a su objeto en sustancia, por lo tanto, en ente. Definir al ser es transformarlo en ente. El ser se retrae a favor del ente. Este retraer trae consigo un ocultamiento del ser y por lo tanto un develar. Para Heiddegger cuando no se puede pensar al ser sin transformarlo en ente acaece el degradamiento y la fuga del verdadero pensar. La esencia de la técnica nunca es percatable, ya que la definición que da el sentido común a este es siempre instrumental. La posibilidad de desocultamiento de la técnica es su capacidad productora, por lo tanto la técnica no es un simple medio para salir de lo oculto, sino más bien un modo. Pero esto es de todas formas problemático, ya que para la técnica moderna lo verdadero es solo lo que se ajusta al ente, la imagen de aletheia griega a sido desechada, ya no es el ser el posibilitador del ente. La esencia de técnica moderna se oculta cuando se despliega, entonces, la diferencia entre la misma y el ser queda totalmente escondida en su propia distinción. Por lo demás para la técnica moderna hay solo ente, pero en este dejar impensado al ser es donde nos percatamos de su existencia por lo tanto es aquí, cuando la técnica se despliega por completo y estamos en el máximo peligro es cuando análogamente aparece la salvación. Cuando la técnica es totalmente incontrolable se puede superar. En medio del riesgo que significaría no ver nada más que al ente y a sus representaciones de realidad, puede darse el giro que de pie a la decisión, a la conciencia que se requiere para dar cuenta de que se está en un destino. No es la exactitud científica la que de pie a la técnica, sino, es la comprensión que la sustenta la que genera a la ciencia y, a los elementos instrumentales. Porque la técnica moderna al provocar a la naturaleza la desoculta en su forma netamente instrumental. Dentro del desocultamiento provocante, el primer debelado es el hombre, por ello, él está provocado en función de provocar, esto significa, aún cuando el ser humano es quien provoca a la naturaleza, el mismo no es quien domina a la técnica, y, más relevante todavía, aquella condición es inalienable.
Desde este piso podemos empezar a hablar del das gestell, como estructura de emplazamiento, un estado de animo que provoca a la instrumentalidad a ser instrumento hasta el infinito, esto es en resumidas cuentas la era técnica, esto nos dice que todo listo y dispuesto para ser consumido, no hay misterio. Este es el punto donde desemboca la crisis moderna enunciada en el principio del ensayo. La vida cotidiana. Este ver la vida cotidiana como estar constantemente en función, se traduce en estar fuera de la estética, en este escenario Heiddegger plantea el concepto de gelassenheit (serenidad), como estado de animo que permite ver la esencia de la técnica es si máximo despliegue. Mantener una convivencia con el ente ya no de provocación, sino de disposición a escucharlo, esperar a que se manifieste. Reconocer que la técnica no esta en las manos del humano.Ahora bien, la relación que tiene el arte con el ente, es este mismo separarse del su uso instrumental que ilustrábamos en la serenidad, al escuchar desde esta el llamado de la técnica se revela como destino y es aquí donde se manifiesta lo salvador. Porque la serenidad permite el desocultamiento del ser, en tanta verdad, en tanto libertad y es en el arte de la forma que Heiddegger intenta recuperar, como antológica, donde esto se manifiesta libre de instrumentalidad.
Hablo de arte como forma ontologiaza, porque desde el escenario instalado por Hegel, el arte ya no es lugar de acontecimiento de lo verdadero, esto es lo que no permite que en la obra acontezca el ser en la obra desde que la estética se transformo en sensibilidad. Por lo tanto lo que intenta Heiddegger es darle una representación no estética a la obra, desde esta visión me refiero a antológica.Para Heiddegger la muerte del arte significa la imposibilidad de pensar el ser, por lo tanto, donde no hay arte no hay posibilidad de acontecimiento de lo verdadero.
Desde este punto de vista, y retomando todo lo dicho en este ensayo podemos deducir que el objetivo de la filosofía Heideggeriana es la destrucción de la estética.

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